Inmunes a la crítica

Es corriente que me refiera al inconsciente colectivo en otras entradas del blog, sean anteriores o posteriores a esta.
Hay quien puede decir '¿y uno no puede no darle pelota al qué dirán?' ... como poder, se puede.
Pero tampoco es cuestion de inmunizarse totalmente. Somos parte de una sociedad, esto quiere decir que somos sujetos activos y sujetos pasivos de ésta. Tenemos derecho a sentirnos presionados, por qué no? Caso contrario, es muy facil que se nos vaya la mano, y terminemos haciendo oídos sordos a la crítica. La crítica me refiero como forma de progresar, de crecer, de mejorarnos como persona. Y esto no podemos hacerlo desde lo etéreo, desde una idealización total, porque tarde o temprano nos vamos a pegar la cabeza contra la pared. Lo mejor es, como hacen los ciegos, pegar con el bastón en las paredes, e ir tanteando hacia dónde caminamos.
La construcción de la identidad en plena relación con los demás es algo positivo, porque de este modo podemos hacer uso del sano derecho de equivocarnos. Si en cambio queremos cada cual construir una sociedad diferente, entonces nos vamos a quedar a mitad de camino, aparte de sentirnos extranjeros cuando ejercitemos la empatía.