sábado, 24 de noviembre de 2007

Empatía con una mascota

Mi ahijada de 4 años tiene el primer gatito de su vida. Es muy chiquito, debe tener no más de una semana de vida.
Ayer lo fui a 'conocer' y llorisqueaba mucho. No sé si será normal de los gatos; pero la cuestión es que los maullidos me llegaron como un grito de desesperacion, de un animal arrancado de su entorno, con poco tiempo de vida, llevado a un lugar desconocido, con personas titánicas, ajenas, hasta agresivas. No pude evitar ponerme triste por ese pobre animal, arrojado a una nueva vida, lejos de su madre y los hermanos y hermanas que seguramente tiene.
Luego, al a noche, lo olvidé al gato. No volvió a mi mente.
Pero hoy, al ver como mi prima de 11 años -mi otra ahijada- lo revoleaba, lo volvia loco, le gritaba, lo zamarreaba como un pulover que se quiere desempolvar, la tristeza volvió. Y me dije 'efectivamente estoy loco'.
No soy amante de las mascotas, ni de los animales en general, les tengo miedo a muchos, y apatía a otros tantos. Así que busco todavía explicación a lo que me pasó, porque, por lo visto, soy un encubierto amante de los animales. No es que me enoje, disguste o incomode ser algo que no creía que soy, pero me shockeó un poco este episodio.

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